Maestro - Sombrerero

Shmuel Shapira descubrió la virtud de ser un Maestro de la confección de sombreros en una etapa ya avanzada de su vida. Aunque él ha estado practicando esta arte en su taller de Biedermeier- y eso ocurrió desde, los tiempos del imperio Austro-Húngaro, por más de diez años, él vino originalmente de Jerusalén. Allí él recibió una clase totalmente diferente de educación en una yeshivah, una escuela de alto nivel religioso dentro del Judaísmo. Pero su talento para las artes y oficios fue descubierto ya en el yeshivah, donde él arreglo antiguos y valiosos libros encuadernados en cuero.

Cuando él vino a Viena, hacen casi 25 años, él incluso no soñaba con sombreros hechos a mano. Él ganaba su vida siendo un “mashgiach”, un supervisor en diversas plantas de producción de alimento. Era su trabajo y responsabilidad la de cerciorarse de que los productos que el supervisaba se conformarían con los mayores niveles y las reglas determinantes de los alimentos y producción kosher. Él también tuvo que visitar las granja de diversos granjeros austriacos y los pasillos de las lecherías pequeñas, que proveían leche a los judíos vieneses ortodoxos.

El destino lo condujo a la profesión de sombrerero. Él deseaba tener su propio “sombrero de Shabat”, grande, negro, hecho a su medida y limpio e, es así que alguien lo envió a la Mariahilfer Strasse, a una compañía llamada Szaszi Sombreros. En aquel momento el maestro Caletka era el dueño de la firma, uno de los mejores y últimos maestros sombrereros de Viena. El Sr. Shapira le hecho una vistazo al taller sombrío y pasado de moda y se quedo encantado por lo que él vio.

Al anciano maestro también le gusto este hombre joven y curioso. Él no tenía ningún heredero y aunque él había estado buscando durante años, alguien que siga sus pasos todavía no había encontrado a la persona correcta. ¡Ahora un aprendiz había caminado directamente a través de su puerta! Entonces paso a paso él le enseñó al joven todos los secretos para producir un sombrero hecho a mano. Cuando el Maestro quedo incapacitado repentinamente por un ataque, le cedió su taller a su pupilo dotado.

El Sr. Shapira pasó todas las pruebas necesarias para ser a un maestro sombrerero en el instituto Vienés de economía y el se recuerda cuan provechoso el instituto fue. Como su alemán no era todavía muy fluente, a le se le permitió contestar a todas las preguntas en su lengua, que fueron después traducidas al Alemán. Este ha sido desde entonces su trabajo diario, en su antiguo taller pasado de moda pero acogedor, ocupado siempre con clientes, visitantes y proveedores. Su trabajo solo es interrumpido por sus rezos diarios regulares.

Shmuel Shapira, el mago del sombrero especial trabaja muy raramente para señoras. Él deja eso a los modistos y se especializa en sombreros elegantes para hombres. Él también quisiera pedir que todas las señoras que vienen a su taller con sus socios, lo perdonen, si él no les extiende su mano. Esto no significa un insulto personal o un gesto anti-feminista de judíos ortodoxos, ya que ellos saludan a las personas del sexo femenino, pero por motivos religiosos no se saludan con un apretón de manos.